La vida de un grupo de residentes de unas 15 comunidades de Chilibre, que participan en los cursos que se dictan en el Centro de Desarrollo Comunitario CEMEX, ha cambiado para beneficio personal, familiar y social.
Un ejemplo de cómo estos cursos transforman vidas, es el caso de la señora Maritza Castro, quien reside en la comunidad de Nuevo México N. 1 en Chilibre.
Lea también: ¡Kenny Man no discrimina público!
Ella tiene tres hijos y siempre tuvo el anhelo de ingresar a un curso de informática, pero no contaba con la facilidad económica y ahora que se le presentó no dudó en aprovechar esta oportunidad.
"Pensé que los cursos que brindaban en el Centro de Desarrollo Comunitario CEMEX eran solo para los colaboradores de esa empresa hasta que me decidí acercarme a preguntar y me encuentro con la sorpresa de que era para todo público. Eso me emocionó tanto y de ahí empezó mi interés de ser parte de este programa", dijo Maritza Castro.
Luego vio una oportunidad de emprendimiento en el área donde residen al no contar con un lugar donde hacer una hoja de vida, trabajos escolares, tomar foto carné, escanear documentos, impresiones, figuras, investigaciones, entre otras opciones.
Eso la animó más a aprender los programas de Office y así brindar un espacio en la comunidad para que los estudiantes hicieran sus trabajos escolares.
También compró sus herramientas de trabajo computadora, impresora, escáner e inició su negocio desde la casa.
Entérate: Pasajeros sin seguro en metrobuses, lo eliminaron al modificar el contrato
La señora Maritza está muy contenta por el cambio total que ha hecho, trabaja desde casa, puede atender a sus hijos, continúa asistiendo a los cursos y puede generar dinero.
"En Panamá estamos acostumbrados a tener jefes, tenemos que ser emprendedores", sostuvo Maritza Castro.
Estos emprendedores se han beneficiado por medio de 22 cursos de diversas especialidades como gastronomía, inglés, gestión empresarial, construcción civil, conservación ambiental, electricidad, entre otras.
Dos mil 394 intensas horas de cursos fueron impartidas desde un salón de cómputo con 20 máquinas e internet, un salón de belleza, un salón de cocina con sus utensilios para aprender técnicas de gastronomía y repostería, y dos salones multiuso para aprender diversas disciplinas.
Aprenden dinámicas de superación personal y afectiva para trabajar en habilidades blandas y orientar su energía transformadora desde su interior.